En la Amazonía de Colombia y Perú, el narcotráfico y la minería ilegal y legal ocupan al menos 51 396 hectáreas dentro y alrededor de los parques y reservas, un área que casi equivale a la extensión de la ciudad de Cali o más de 50 veces el distrito limeño de Miraflores.
Brasil está atrapado en la peor sequía registrada, según dijo este mes el Centro de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales del país, una sequía que ha secado al menos el 59% del país más grande de América Latina y ha dejado secas a más de 1.400 ciudades y la deforestación tiene mucho que ver.
Desde el desastre ambiental hace cinco años, diversos actores solicitaron que se eliminen las leyes que facilitan el descontrol de las quemas. A pesar de antiguos proyectos normativos, el Legislativo anuló leyes que no serían las indicadas.
La mujer pidió al ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer Rosales, que se declare desastre nacional por los incendios forestales en Bolivia.
Dueños de hoteles y rutas turísticas lamentan que uno de los principales ingresos de los pueblos chiquitanos sea afectado por la emergencia ambiental. Dicen que la situación empeora cada año y denuncian la indiferencia de las autoridades para combatir el fuego.
El fuego es provocado para preparar la tierra para la siembra pero se sale de control por el viento y la sequía. Lo quemado solo en el departamento de Santa Cruz equivale al territorio de El Salvador.
La Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático (PBFCC), que reúne a más de 50 entidades ambientalistas, rechazó este martes el uso de biotecnología, biocombustibles y mercado de carbono en Bolivia, alertando que está en riesgo la biodiversidad y la soberanía alimentaria del país.
